Ellos
se han salido del camino. Han tenido la coherencia de hacer de su vida, su
discurso, de su discurso, su vida. Han tenido la honestidad y valentía de decir
la verdad a cara descubierta. Porque, de la misma manera que la igualdad no es
algo a lo que se tiende, sino algo que se tiene, la libertad hay que
practicarla a diario, si es que luchamos por ella.
Estos
días no son más que un bucle de ruidos y esperpentos. Afuera, en la calle,
niños y adultos toman las vías y plazas en un caos multitudinario de sátiras y
consumo alienante. Sin justificacion, medida ni consecuencias. No hay color,
escenificacion, ni estetica. No hay mensaje. Solo música repetitiva, siempre la
misma, ruido y agua. Así es el carnaval en Sucre, Bolivia, a mas de diez mil
kilometros de la realidad que me importa, la falta de libertad de mis amigos
Alfonso y Raúl.
Siempre
me han parecido esperpénticos los juegos multitudinarios, porque me resulta
injusto que tanta gente este ocupando ese itinerario, esa parcelita de lo
permitido con que nos endulzan para que sigamos moviendo la rueda del molino,
como burros con orejeras, mientras somos incapaces de ocupar las calles para
hacerlas nuestras, para reivindicar paso a paso del camino no trazado, no
permitido.
Y
nos sientan tan bien las orejeras que seguimos vistiéndolas cuando nos quedamos
en casa, agazapados, desde la tribuna de lo fácil, inocuo e impune que nos
permiten en las redes sociales, con esa ilusión de poder que consumimos a
diario, tecleando algún criterio enaltecido, como si fueramos sabios e
importantes, porque nos permiten hacerlo. En vez de tomar las calles y
emprenderla a pedradas y gritos para conquistar un paso, al menos un solo paso
que se salga del camino.
Ellos
se han salido del camino para denunciar que falta libertad, que la democracia
que vivimos es tan falsa y esperpéntica como la situacion que hoy les mantiene
en una celda. Han dejado de ser masa, y al parecer eso es delito. El único
delito que han cometido es el de disentir de esta sociedad absurda que nos
maneja como marionetas.
Imaginad
que un dia recibís la noticia de que han metido en prision a dos buenos amigos
vuestros. Cercanos, con quienes salís, habláis y compartís. Buenas personas, de
los que llaman y se acuerdan de todo el mundo, tienen siempre un detalle,
apoyan, escuchan y comprenden. Inteligentes, buenos profesionales, justos y
coherentes.
Y
descubrís que se han convertido en el nuevo juego mediatico, porque, cosas del
destino, a los políticos les tocaba ahora jugar como colegiales a tirarse tizas
y borrador para ver quien sale a la pizarra. Y veis como en la television o en
la prensa, o en las redes sociales, los mismos tertulianos estúpidos y vacios,
los mismos twitteros descerebrados que tienen una opinion triunfal para todos,
los mismos que se creen con la potestad de decidir en el debate moral sobre la
crisis de los refugiados, los pactos por la gobernabilidad o la inocencia de la
infanta, los mismos que visten arcoiris de colores o miles de “Je suis”
descontextualizados en Facebook, como quien se apunta a la moda de decir el
color de su ropa interior para la lucha contra el cancer de mama...ahora compiten
en la guerra populista del “a favor” o “en contra” de los titiriteros.
Pero,
¿qué tienen que ver mis amigos en todo esto? Mis amigos, mientras, siguen en
prision preventiva, tratados como terroristas, ajenos a esta burbuja estupida
que nos envuelve a todos. Privados de libertad y vida porque la sociedad, que
condena antes de conocer, ha decidido que son pro-etarras. La sociedad, tan
inculta que no es capaz de comprender una sátira inteligente, que no es capaz
de aceptar el disenso y la denuncia, ha tomado la parte por el todo.
Pandora
y Piñata han sido dos operaciones policiales, verdadera caza de brujas del
movimiento libertario. Los anarquistas no somos terroristas. Luchamos por otro
orden social, contra el capitalismo que mantiene situaciones de corrupcion y
desigualdad y permite que los desamparados sean explotados, mueran de hambre y
sean echados de sus casas. Contra el crecimiento desmedido,
hiperindustrialización e hipertecnologización que arrasa con los recursos
naturales y provoca la situacion de contaminación, cambio climatico y declive
en la que se encuentra la raza humana en la Tierra. Contra la mentira mediática
y las irresponsabilidades de la publicidad, que nos engaña y permite
situaciones de verdadero genocidio como la anorexia. Contra el patriarcado que
impone una sola manera jerárquica de mundo y desubica y desprestigia el valor
de la mujer y la maternidad en un mundo deshumanizado que solo sirve para
producir y consumir. Contra los dogmas que nos cierran los ojos y anulan el
criterio propio y el sentido común. Contra el corporativismo y la trampa del
sistema parlamentario, que ha anulado antiguas formas exitosas de construccion
de comunidad y consenso, desde el asamblearismo y los concejos abiertos,
imponiendo un sistema jerarquico y corrupto. Contra la manipulación y la
anulación de la infancia y la vejez. Contra el envenenamiento que provocan los
intereses de las multinacionales farmeceuticas y lobbies que se apropian de la
tierra, el agua y las semillas, como Monsanto y Sygenta. Contra la
mercantilización de la ciudad y el desplazamiento de personas que son excluidas
de la sociedad por ser pobres, echadas de sus casas en procesos de elitizacion
vendidos a los pingues beneficios del turismo. Luchamos hacia el respeto mutuo,
la confianza, la humanidad, la sinceridad y la colaboracion entre humanos,
animales y resto de seres vivos de nuestro ecosistema. Construyendo, a través
de la autogestión y los proyectos cooperativos, la dinamizacion de la vida en
ciudades y en el campo con y para la cultura, el arte y el aprendizaje. Luchamos
hacia la autonomía de los colectivos que pretenden autogestionarse, apoyarse
mutuamente y construir convivencia, contra la mal entendida “ley del mas
fuerte” de Darwin. Contra el militarismo, las guerras y cualquier modo de
autoridad.
Todo
ese imaginario no es aceptado por esta sociedad, que promueve el
individualismo, la separación, el egoísmo y la competencia. Y es por eso que
nos persiguen, entran en nuestros locales, requisan nuestros materiales, detienen
a nuestros compañeros y los inculpan con mentiras. Esa realidad es la que
denuncian Alfonso y Raul en su obra. La famosa pancarta “Gora Alka-Eta” forma
parte de una historia de ficción que denuncia satíricamente como la policía es
capaz de colocar una prueba falsa para inculpar a un anarquista en un delito
que no ha cometido. Y lo esperpéntico es que lo han hecho de nuevo con ellos.
Es evidente que utilizar una pancarta en una ficcion como denuncia no es lo
mismo que enarbolarla con orgullo a favor del movimiento terrorista.
No,
nosotros no estamos a favor del terrorismo, yo, que soy anarquista, no estoy a
favor del terrorismo. Alfonso y Raul, mis amigos, no estan a favor del
terrorismo. Que no os engañen, no somos terroristas.
Ahora,
a miles de kilometros de distancia, no puedo creer lo que esta pasando en mi
país, ni el linchamiento publico al que estan sometiendo a mis amigos. Quiero
abrazarles y saber que están bien, pero no puedo. Quiero sentirles, pero la
basura infame que leo por las redes me ensucia el sentimiento, porque no tiene
nada que ver con ellos.
Hay
cientos de personas que, sin conocerles, ya les han juzgado y condenado, y
esgrimen un gesto de severidad y prepotencia. Cientos de personas que no tienen
ni idea, ni de su obra, ni de su trabajo, ni de su discurso, ni de sus luchas.
Cientos de personas que nunca les han mirado a los ojos, ni han conversado con
ellos, ni les han estrechado la mano, ni les han dado un abrazo. Miles de
personas que estan mas pendientes de sus intereses políticos y de llevar la
razon que del hecho de que dos grandes personas como son Alfonso y Raúl hoy
esten entre rejas a causa de la incultura y la estupidez de esta sociedad
enferma.
Imaginad
por un momento que os ocurre asi de cerca. Que son vuestros amigos. No una
abstraccion mediatica, no una moneda de cambio del juego politico, de la
despiadada impunidad y deshonestidad que viste la prensa partidista, cobarde y
caduca que nos miente a diario. Cambiad el punto de vista. Pensad que son
vuestros amigos, vuestros hijos o hermanos. Haced la foto desde fuera de la
burbuja de la vorágine mediatica. Imaginad que soy yo. Yo, que soy tan culpable
como ellos de creer en la esperanza, en la verdad, en la libertad y en la
lucha. Y sufro como sufren ahora el resto de sus amigos y familia, a quienes
conozco y aprecio.
Sabemos
que una sociedad ha fracasado cuando la opinión pública no es capaz de distinguir
a las buenas personas de los delincuentes habituales (me refiero a jueces,
politicos, policias y periodistas).
LIBERTAD
PARA ALFONSO Y RAÚL.
BASTA
DE CAZA DE BRUJAS.
BASTA
DE MONTAJES POLICIALES.
BASTA
DE PRESOS POLITICOS.
VIVA
LA HONESTIDAD Y LA BUENA GENTE.
QUE
SE MUERAN DEL ASCO LOS RASTREROS HIPOCRITAS
QUE JUEGAN CON LA VIDA DE LAS
PERSONAS.